Tanto la amo, que quiero elejir día a día como vivirla, cada instante debe ser una elección, hasta poder decidir donde dejarla, como me dijo el negro.
El miércoles 21 anduve por el limbo, "lindo lugar", y estuve feliz de sentir que si quedaba ahí, si dejaba mi huesos en ese instante no tenía cuentas pendientes, no había nada que me hubiera hecho pedir vida para cumplir con mi conciencia.
Solo aferrarme a la vida por lo hermoso que es vivir, por la maravilla de compartir, amar, pelear, avanzar y retroceder sin pausa... y en eso quiero agradecer infinitamente a los amigos que me sostuvieron la mano en ese rato, y que sin dudar frenaron el viento blanco.
Solo me queda pensar seriamente donde estaba mi miedo durante esas largas 6 horas... no quisiera que me sorprenda en el cuerpo, quiero encontrarlo antes. ¿donde estás miedo?